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Programa de economía de fichas para la modificación de la conducta.

 

POR EDUARDO CONTRERAS.

La economía de fichas, es un programa para la modificación de conductas específicas, que permite que las personas puedan adaptarse mejor a su ambiente. Se utiliza un sistema de reforzadores secundarios que son unas fichas. Las fichas son el puente entre la respuesta de la persona y la entrega del reforzador. 

Foto de Joanna Kosinska en Unsplash

Un reforzador es un estímulo que incrementa la posibilidad de que ocurra una conducta deseada o que decrementa la posibilidad que ocurra una conducta no deseable.

El programa de economía de fichas, se utiliza en diferentes contextos, pero uno de los más utilizados es en la modificación de la conducta infantil. Sin embargo, se puede utilizar también con adultos.

¿Cómo se realiza el programa de economía de fichas?

Primero debe observarse la conducta en su ambiente natural, sin ninguna intervención, se debe hacer un registro y se debe establecer específicamente cuáles son las conductas deseables, cuáles van a ser las conductas no deseables y así mismo, cuáles serán los reforzadores que van a motivar a las personas a modificar su conducta. Después, se debe establecer el valor de las conductas deseables, el costo de las conductas no deseables y el precio de los reforzadores. Además, se elaboran las fichas y un registro que lleve un control para que se produzca un equilibrio del sistema. No debe de dársele muchas fichas al participante (de tal suerte que ya no quiera esforzarse), porque puede pensar que es muy fácil y al mismo tiempo, los reforzadores no deben ser muy difíciles de alcanzar para que el participante no se desmotive.

Posteriormente, se hace la aplicación del programa una vez que se ha diseñado. Finalmente, se retira la intervención, pero se continúa registrando y observando la conducta del participante para verificar si se mantiene el cambio del comportamiento, sin la economía de fichas.

El caso de modificación de la conducta en un niño.

Se aplicó el programa en un niño de siete años que tenía problemas de conducta, tanto en el hogar como en la escuela, porque sus padres se habían divorciado. En la escuela tenía dificultades para seguir instrucciones y hacía pataletas. En su casa hacía lo mismo y no obedecía a su padre. Acudió a psicología para ser atendido con el programa de economía de fichas y modificar esas conductas. En general, me adelanto a decir que los resultados fueron benéficos.

Para el diseño y aplicación del programa, lo primero que hicieron  los psicólogos, fue la observación del niño dentro de su ambiente natural, durante 3 semanas para determinar cuáles eran las conductas deseables que fueron las siguientes: tender su cama, levantar su ropa, hacer la tarea, desayunar, ir a la iglesia los domingos, entre otras.

En cuanto a las conductas no deseables, estas fueron las siguientes: contestar inapropiadamente, tanto a su padre como a los maestros de la escuela y hacer pataletas cuando le daban una instrucción.

Por otro lado, los reforzadores (que fueron los privilegios que le ayudaron a cambiar su conducta), son los siguientes: ver TV, ir al cine, golosinas, cuentos infantiles, entre otros.

Además, los psicólogos hicieron un registro y determinaron el valor de las conductas y el precio de los reforzadores. Luego aplicaron el programa durante 2 semanas. Cabe mencionar que se entrenó al padre del niño y a las personas que vivían con él, quienes fueron sus tías y su abuela. Los adultos debían dar las instrucciones al niño, claramente sin contradicciones y una sola vez. Éste, debía ejecutar la conducta dentro de los primeros 3 minutos, después de recibir la instrucción en la primera semana, en la segunda semana antes de 2 minutos, en la tercera antes de 1 minuto y en la cuarta semana antes de 30 segundos. Para ello, el niño conocía bien el programa, cuáles eran las conductas que debía modificar y así fue que poco a poco pudo lograrlo.

Finalmente, en la última etapa se retiró el programa y se observó un incremento de las conductas deseables, un decremento en las indeseables y se logró en general el objetivo.

En conclusión, la economía de fichas es un programa de modificación de la conducta que permite la adaptación al ambiente de las personas. Para realizarlo, se debe observar la conducta en su ambiente natural y determinar los comportamientos tanto deseables como indeseables, así como los reforzadores, para aplicar el programa y luego, retirarlo verificando que el cambio se mantenga sin la intervención.

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Bien, nos leemos pronto y recuerda que ¡sin salud mental no hay salud! Hasta luego.

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